Nuestra Iglesia " Diócesis de Pasencia"

Nuestra Iglesia " Diócesis de Pasencia"
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miércoles, 30 de abril de 2014

Nota del Departamento de Pastoral Obrera de la CEE para la festividad del 1º de mayo, San José Obrero

Nota del Departamento de Pastoral Obrera de la CEE
para la festividad del 1º de mayo, San José Obrero
Desde sus comienzos la Doctrina Social de la Iglesia ha fundamentado la dignidad de toda persona en la condición de hijos e hijas de Dios, y ha proclamado la necesidad de poner en práctica el principio evangélico que invita a la acción: “os aseguro que lo que hayáis hecho a uno solo de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40). El primero de mayo, fiesta de San José Obrero y fiesta cristiana del trabajo, supone para los trabajadores que profesan la fe la ocasión de recordar y agradecer, también, esas luchas por la dignidad y la justicia de todos aquellos que han hecho de su vida un compromiso en favor de la dignidad del trabajo humano, que se han esforzado por reconocer en él la dignidad de los trabajadores y trabajadoras que lo realizan.
En cada hombre y mujer que diariamente se esfuerza en realizar su trabajo, con el que contribuye a realizar la voluntad creadora y salvífica del Padre, contemplamos el sagrado reflejo de Dios que quiso encarnarse en Jesús de Nazaret para mostrarnos el verdadero camino de humanización y liberación que nos dirige y acerca hacia el Reino de la Paz y la Justicia, hacia el Reino de la Vida y del Amor.
Por eso, cualquier ataque a la dignidad del trabajo humano es, intrínsecamente, un ataque a la dignidad de los hombres y mujeres que lo realizan, y por ello una negación de Dios. El desempleo, la precariedad laboral, el subempleo, la economía sumergida, las condiciones de explotación o de inseguridad e insalubridad laboral, el trabajo infantil, la discriminación laboral por razones de sexo o raza, la injusticia de los salarios y otras condiciones laborales, todo ello son heridas a la dignidad humana que se clavan en las personas de los trabajadores, y que repercute gravemente en sus condiciones de vida, y en las de sus familias, deshumanizando su existencia. Cuando la vida social –también el trabajo- pone en el centro al dinero, y no a la persona, negamos la primacía del ser humano sobre las cosas, negamos la primacía de Dios (Evangelii Gaudium 55). La manera de concebir hoy el trabajo humano genera pobreza y exclusión y deshumaniza a los trabajadores.
Como creyentes en el Dios de la Vida no podemos permanecer impasibles ante ese sufrimiento humano. Estamos llamados a trabajar por la humanización de nuestro mundo, en caminos de justicia y solidaridad que construyan el bien común, pues como nos ha recordado el Papa Francisco, hacer oídos sordos a ese clamor, cuando nosotros somos los instrumentos de Dios para escuchar al pobre, nos sitúa fuera de la voluntad del Padre y de su proyecto (Evangelii Gaudium 187). Ya el Beato Juan Pablo II nos hizo caer en la cuenta de que en la mayoría de los casos “los pobres aparecen en muchos casos como resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano: bien sea porque se limitan las posibilidades del trabajo —es decir por la plaga del desempleo—, bien porque se deprecian el trabajo y los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia” (Laborem Exercens 8).
En estas fechas no podemos dejar de recordar a quienes han perdido la vida o la salud en los llamados “accidentes laborales”. La siniestralidad laboral es una lacra, muchas veces fruto de las mismas condiciones de precariedad, de inseguridad, de escasa formación, de temporalidad en la contratación, y de baja remuneración, que pone de manifiesto esas heridas a la dignidad del trabajador y del trabajo humano, pero que sobre todo tiñen de dolor la existencia de tantas familias que se ven abocadas a la pérdida de sus seres queridos, a la incapacidad de sus miembros para poder trabajar, y que se ven condenadas a una existencia más sumida en la pobreza. Precisamente el 28 de abril, unos días antes del primero de mayo, se celebra el Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo. Para nosotros es ocasión de orar por los “obreros muertos en el campo de honor del trabajo”, como decimos al rezar la oración que marca cotidianamente la existencia de los militantes de los movimientos apostólicos obreros. Es ocasión de reforzar la cercanía misericordiosa y compasiva con las familias de las víctimas de la siniestralidad laboral. Y es ocasión de sentirnos urgidos en nuestra militancia cristiana a denunciar las condiciones deshumanizadas en que tantas veces se desenvuelve el trabajo humano, y las consecuencias catastróficas de muerte, pérdida de salud, y pobreza familiar que entrañan.
Celebrar el primero de mayo desde la fe en Jesucristo es para la Iglesia motivo de esperanza y compromiso. Es querer proclamar que “en el trabajo humano el cristiano descubre una pequeña parte de la cruz de Cristo y la acepta con el mismo espíritu de redención, con el cual Cristo ha aceptado su cruz por nosotros. En el trabajo, merced a la luz que penetra dentro de nosotros por la resurrección de Cristo, encontramos siempre un tenue resplandor de la vida nueva, del nuevo bien, casi como un anuncio de los nuevos cielos y otra tierra nueva" (Laborem Exercens 27).
Celebrar el primero de mayo desde la fe es sentirnos nuevamente comprometidos a trabajar por un trabajo digno para todo hombre y mujer. El que nos recordaba Benedicto XVI que, en cualquier sociedad, ha de ser“expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación” (Caritas in Veritate 63).
Este año se celebra el vigésimo aniversario de la publicación del documento de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española “La Pastoral Obrera de toda la Iglesia”. Siguen siendo vigentes las interpelaciones que entonces recibíamos del mundo del trabajo, y el compromiso misericordioso de caminar encarnados en sus condiciones de vida. Sigue siendo vigente el envío y la misión eclesial de evangelizar el mundo del trabajo, a ella nos sentimos renovadamente enviados todos los miembros de la Iglesia, especialmente quienes han hecho de la Pastoral Obrera por encargo de la Iglesia su ámbito de evangelización. Quiero agradecer y animar el compromiso de los militantes obreros cristianos en ese empeño humanizador y evangelizador del mundo del trabajo.
¡Hasta mañana en el altar!
Antonio Ángel Algora Hernando
Obispo de Ciudad Real
Obispo Responsable de Pastoral Obrera de la CEE 


sábado, 26 de abril de 2014

“A LOS QUE NO TIRAN LA TOALLA Y ABRAZAN LA CRUZ CON ESPERANZA”


Introducción.-

Estamos en semana santa, en la que la Pasión de Jesús de Nazaret va a ocupar nuestras calles y la vida de los creyentes católicos. Lo hacemos en un momento en que nuestro pueblo está sufriendo y llevando una cruz pesada, que se ha hecho más intensa, extensa y crónica como la propia pobreza. En esta realidad vemos los pasos y figuras vivientes de la pasión que van más allá de las esculturas y de la teatralización de la pasión en muchos de nuestros pueblos. En Cristo se nos dijo que lo que hiciéramos con los últimos, con los que sufren, lo estaríamos haciendo con él, identificándose con la pasión humana. El Papa actual nos está llamando continuamente a ser una iglesia pobre y de los pobres, de los que sufren y nos sentimos interpelados para entender la realidad de nuestro pueblo con las claves de la pasión y muerte de Cristo.

Dolor y servicio
En la vida de nuestras comunidades parroquiales, pueblos y barrios vemos el sufrimiento a borbotones: el paro, los desahucios, la corrupción, la pobreza extrema y el hambre, la lentitud del proceso de la renta básica en nuestra tierra, el fracaso escolar y analfabetismo, la insatisfacción de una vida sin esperanza, sin luz, con sufrimiento y miedo en muchos de los seres humanos. Ponerle nombre a los que sufren ha de ser lo propio para poder humanizarnos y creer; como sacerdotes consiliarios de la acción católica de la provincia eclesiástica de Mérida- Badajoz, siguiendo la preocupación de nuestros pastores diocesanos, queremos manifestar nuestra solidaridad con el dolor de la cruz que está llevando nuestro pueblo sobre sus hombros. Al mismo tiempo queremos proclamar cómo al contemplar nuestra historia y los que sufren, descubrimos cantidad ingente de personas que día a día se ciñen la toalla del servicio –como hizo
Jesús en la última cena- y están echando la limosna de sus propias vidas para aliviar, consolar, levantar, animar, sanar a los caídos y cansados del camino de la vida. Desde ellos nos sale la alabanza al Espíritu del Resucitado que de un modo imparable habita corazones anónimos para que saber decir una palabra de aliento a la humanidad abatida y para recuperar lo que estaba perdido.

Trabajo y dignidad
En términos absolutos, los últimos datos nos presentan seis millones de personas en el paro, de las que más de 170.000 viven en Extremadura. Estamos ante un fenómeno devastador que adquiere una mayor relevancia si se observa la situación de los jóvenes: la tasa de paro juvenil - menores de 25 años- es de las más altas de la Unión Europea, un 55%, que llega hasta el 61% en Extremadura. Mientras los instrumentos públicos de protección van perdiendo eficacia ante esta problemática. Somos conscientes de cómo en medio de esta realidad sangrante hay personas y empresas que son fieles a sus trabajadores y que prefieren ganar menos con tal de cuidarlos y guardarlos, amén de todos aquellos que están dispuestos a trabajar menos y cobrar menos con tal de seguir todos y que todos puedan disfrutar de la dignidad del trabajo y del salario, compartiendo las ganancias y las pérdidas en comunidad.

Vuelta de tuerca al mundo rural.
La Nueva Ley de la Administración Local queda a los pueblos y a las Entidades Locales Menores sin autonomía y más empobrecidos, todo en función de recortar económicamente por la parte más débil y propiciar la privatización de servicios públicos.


Hogar y renta básica
Otra de las "heridas sociales" que padecemos es provocada por el tema de la vivienda y los desahucios. El deterioro del empleo y de los salarios ha provocado que aumente la morosidad así como el número de desahucios o ejecuciones hipotecarias. La gente sufre lo indecible para soportar las cargas del pago de sus viviendas, y muchas de ellas empiezan a vivir con una precariedad que pone dificultad al agua corriente y caliente, a la luz eléctrica, etc. La situación de miles de familias en nuestro pueblo es degradante e indigna, los vemos en filas de lo público y de lo privado, sin esperanza y con vergüenza, para recibir migajas y limosna, cuando lo que desean es dignidad y trabajo.
Sabemos de familias que acogen a miembros de las mismas en sus propios hogares apretándose para caber todos, de mayores que comparten sus pensiones con los que lo necesitan de los suyos, incluso de los políticos que votan por unanimidad una ley de renta básica para responder a las situaciones de pobreza y de riesgo más grande. Aunque consideramos que no es de recibo el modo y la forma en que se está actuando con respecto a la ley de la renta básica, como si los pobres fueran los mentirosos de la sociedad de los que tenemos que defendernos porque son los que engañan, cuando en realidad son miles de familias los que han sido engañados por instancias de tipo político, económico y sociales. Es intolerable que en una acción que ha sido votada por unanimidad en el parlamento tenga la lentitud y el retraso del que parece que todos están descontentos pero no lo solucionan. Nos alegramos de los pasos que se están dando para aligerar los trámites y pedimos de corazón que nos de ya la buena noticia de que se hace realidad la ayuda a los que lo necesitan con este medio público y comunitario.

Corrupción y política
Ante los casos de corrupción nos duele que queden sin resolver o que lo hagan de modos nada claros, en comparación como se ejerce la justicia en la ciudadanía normal, cuando ellos tendrían que ser referentes y ejemplos en la honestidad y el compromiso. Lo que podría haber sido una llamada para una conversión fuerte y directa se está convirtiendo en un modo de soslayar responsabilidades que hacen desconfiar a la ciudadanía de que haya verdadera justicia en el ámbito de lo democrático. Así no es extraño que haya desafección hacia la política y lo público, siendo como son elementos esenciales y vitales para la comunidad. Pero al mismo tiempo valoramos que se estén dando pasos para una ley reguladora de estos problemas que nos sitúen a todos en igualdad ante la ley, sabemos que el verdadero camino para la democracia viene por la trasparencia de la justicia para todos en igualdad de condiciones. También queremos valorar el trabajo de todos los políticos y sindicalistas que son coherentes en su servicio a lo público, a lo común, y están viviendo con una desafección y desprecio de la ciudadanía no merecido. Estos son los que hacen verdadero el aserto que la caridad más importante es la caridad política que transforma las estructuras en beneficio de todos, especialmente de los más débiles, y todos lo debemos reconocer y valorar
.
La banca y la ética
Sigue siendo alarmante la postura de la banca, ella que se ha recuperado con los impuestos de lo común sanando sus propios pecados, siguen sin confesar sus culpas y sin propósito de la enmienda, ni penitencia, para dar vida y liberar a los mismos que han soportado el peso de sus escándalos y frustraciones. Teniendo beneficios siguen sin posibilitar con sus haberes una dinámica del capital y de la empresa que pueda desarrollar la creatividad y generar puestos de trabajos y rehabilitación de negocios y trabajos precarizados y anulados. Aun así, vemos la mano del humanismo en todas las iniciativas de bancas éticas que están surgiendo y fortaleciéndose en estos momentos de crisis; nacen con el deseo de una humanización del dinero, con participación activa de todos los ciudadanos, valorando más el interés de lo humano y lo solidario sobre el económico. Apostamos por el apoyo a la economía que no mata sino que da vida, incluido el mundo financiero. Valoramos a todas las personas que con sus ahorros están disponibles para aquellos que lo necesitan y lo prestan sin ningún interés a cambio, fiándose de los que lo necesitan.

Justicia y dignidad
Nos duele contemplar que los comportamientos incorrectos están mucho más extendidos, observamos como la ocasión de la dificultad y la precariedad está siendo utilizada por muchos para bajada de salarios, regulaciones exageradas e injustas de empleo, explotación de los obreros en sus horarios y exigencias, en la precariedad de los contratos, y todo justificado con la situación de la crisis, como si los responsables y culpables fueran los más débiles de la sociedad, los trabajadores sencillos y honrados que tienen la responsabilidad de llevar adelante a sus familias. Oímos el grito de muchos inmigrantes y obreros sencillos están siendo obligados a aceptar situaciones que son inhumanas, cuando no de verdadera esclavitud disfrazada.
Enaltecemos a todos aquellos que en este momento tratan de dignificar a los necesitados desde horas de trabajo pagadas con dignidad y justicia, a todos los que favorecen ideas de cooperativas y de comunidad para generar creativamente modos de vida y de trabajo nuevos.

Cooperación y desarrollo
Nos avergonzamos de lo que se ha hecho con las ayudas de cooperación y desarrollo a nivel estatal y también en nuestra propia comunidad autónoma, reduciéndola al máximo y dejándola en cifras ridículas y meramente simbólicas. No es de recibo que en momento de dificultad la postura sea reducir y olvidar a los más pobres de la tierra. Y proclamamos la grandeza de todas las asociaciones que levantan su voz y sus brazos para seguir siendo portadoras de la esperanza para los últimos de la tierra, que no desfallecen y que tratan de hacer mucho más con menos, para que la voz de los últimos no se apague y los proyectos iniciados no mueran, que avivan la ciudadanía para que la respuesta sea más desde la base y la implicación personal de la ciudadanía que desde lo institucionalizado.

Enseñanza y calidad
La educación tampoco es un derecho asegurado, como reflejan las últimas cifras existen cerca de tres millones de niños que viven en la pobreza y que en los últimos dos años se ha acrecentado esta cifra. Estamos lejos de una educación de calidad y de "máximos" para todos, pues un fracaso escolar tan elevado (alrededor de un 33% de alumnos no supera la Educación
Secundaria, además refrendado por los datos del informe PISA) enciende todas las alarmas y augura un camino que conduce a muchas personas exclusión social. Nos duele que en la propia universidad no se arbitren medidas que impidan que los sencillos y los pobres se queden sin becas y sin poder pagar matrículas, que se implanten recortes que excluyen, cuando sin embargo después son abiertos y permisivos con complementos económicos con políticos y ejecutivos dentro del claustro. Pero no demonizamos a nuestros profesionales de la enseñanza, ni a las familias, creemos que se está haciendo un trabajo de dignidad en los ámbitos escolares y que es necesaria una transformación pedagógica en la que todos tenemos y podemos aportar, desde unos valores que pongan a la persona en el centro de la cultura, y que se desarrolle el bien-ser por encima del bien-estar, en una complementariedad donde el saber sea humanizador y no competitivo. Consideramos que ya es tiempo de avanzar a una ley de enseñanza consensuada que facilite la seriedad y la continuidad de planes de estudios y modos pedagógicos que den referencias de madurez y proceso, frente al baile permanente de lo inseguro para todos dentro del mundo de la enseñanza.

Comprometidos y esperanzados
Ante esta realidad, hemos de ser conscientes que la ignorancia, la indiferencia o la actitud indolora, nos identificarían en la pasión histórica de Jesús, con aquellos que gritaron que "que su sangre caiga sobre nosotros y nuestro pueblo" ante el sufrimiento del inocente y débil. Sentimos la llamada del crucificado a unirnos con todos los crucificados de la historia, a los que hoy lo están viviendo y sufriendo. La fe en el resucitado, nos avisa de que la injusticia que provoca muerte ya está vencida, que el pueblo que vive en comunidad y se deja afectar para compartir en tiempo de crisis, luchando juntos por sus ideales, no quedarán defraudados porque Dios está con ellos. Es el momento de despertar como cristianos y como ciudadanía para hacernos cargo de nuestra sociedad de un modo activo y participativo, los cristianos tiene la responsabilidad de formar y llamar a sus miembros para que se encarnen en este momento histórico y sepamos llegar con nuestros dedos y nuestras manos a la señales del sufrimiento en la humanidad. Es el momento de desarrollar la dimensión sociopolítica de nuestra fe –como han venido haciendo los distintos movimientos de la acción católica- y hacernos cargo, con todos los demás ciudadanos, de nuestra realidad para hacerla más humana y más justa, para que siga avanzando el Reino de Dios. Hoy nos toca ceñirnos la toalla del servicio, la que nos ha entregado nuestro hermano y maestro en la última cena, y creer que el crucificado resucita, que merece la pena gastar nuestra vida y comprometernos en la construcción de un mundo nuevo, el mundo de la libertad y la alegría del resucitado.

Consiliarios de Acción Católica – HOAC, JOC, JEC, PX, ACG, MRC, MJR- de la Provincia  Eclesiástica de Mérida-Badajoz.

Semana Santa y pascua. 2014

Comunicado de la Comisión Regional de Pastoral Obrera Delegaciones y Secretariado Diocesano de Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia.

28 de Abril
“Día Mundial de la seguridad y salud en el trabajo”

Desde el 2003, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) organiza el Día Mundial para rendir homenaje a las víctimas de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. En el 2013 se registraron en España 397.051 accidentes con baja. De ellos, 540 ocasionaron la pérdida de la vida del trabajador. Aunque se ha producido un descenso, en los últimos años se han duplicado los casos de riesgos psicosociales, de estrés, de “acoso” o de depresión “debido a presiones en el trabajo”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) estamos expuestos a más de 143.000 productos químicos peligrosos en el trabajo y en el consumo, con el resultado de al menos 4,9 millones de muertes cada año en el mundo.

Detrás de estas cifras hay personas y familias que sufren la pérdida de un ser querido, personas con secuelas cuya vida no sigue siendo la misma. Los cristianos vemos el rostro de Dios en los que viven estos sufrimientos, tal como nos recuerda Jesucristo en el momento de confrontarnos con el criterio definitivo: “tuve hambre y me disteis de comer, estuve enfermo y me visitasteis…”. La comunidad eclesial siente la invitación a prevenir las muertes y enfermedades laborales, y atender a las víctimas tendidas en la cuneta como el buen samaritano.
Mucho más, cuando hoy disponemos de medios y tecnología suficientes para remediar casi todas las muertes que se producen en el trabajo y todas las enfermedades causadas en él. Pero es evidente que no hacemos todo lo que podemos. Disponemos de miles de empleados que vigilan y controlan parquímetros para recaudar dinero. Pero no hay tantos inspectores de trabajo para controlar a las empresas. En España hay un inspector de trabajo para 13.000 trabajadores, cuando la proporción recomendada en Europa es de 10.000 trabajadores.
Desde el criterio evangélico de que más vale una persona que el poder recaudatorio, estamos llamados a exigir no escatimar esfuerzos económicos, profesionales y humanos a la hora de garantizar una mayor atención a las víctimas de accidentes laborales. Pero también en los Presupuestos Generales del Estado se reduce la partida de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
Igualmente los cristianos debemos ejercer la caridad cristiana acompañando a las personas y familias que sufren una muerte o una enfermedad en el campo del trabajo. En estos días de Pascua, la figura del apóstol Pedro nos escenifica cómo seguir a Jesucristo cuando ve a un paralítico en la puerta del templo, se fija en él, mantiene su mirada compasiva como el buen samaritano y le dice “no
tengo oro ni plata, pero hago lo de Jesús: sanar la causa del mal, misericordia quiero y no sacrificio, el hombre no es para el sábado sino al revés.
Estamos convencidos de que una inmensa mayoría de los accidentes laborales se pueden evitar haciendo cumplir las leyes laborales, suprimiendo las excesivas horas de trabajo, la precariedad, la subcontratación abusiva… como lo dijo el papa Benedicto XVI: “Hay que cumplir todos los esfuerzos para que se detenga la cadena de muertes e incidentes. Sin olvidar la precariedad del trabajo, en particular de los jóvenes. Motivo de angustia para tantas familias… Estoy particularmente a vuestro lado y pongo en las manos de Dios todas vuestras angustias y preocupaciones, anhelando que en la lógica de la gratuidad y solidaridad, se puedan superar estos momentos, para que se asegure un trabajo seguro, digno y estable” (Benedicto XVI al recibir a unos ocho mil peregrinos de la diócesis italiana de Terni, localidad con un gran complejo siderúrgico).

Comisión Regional de Pastoral Obrera
Delegaciones y Secretariado Diocesano de Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia

domingo, 20 de abril de 2014

La revista del Movimento Rural Cristiano cumple 50 años

Nuestra felicitación a los hermanos del Movimiento Rural Cristiano.



“Militantes”, la revista del Movimiento Rural Cristiano, llega a los 50 años. Fue en diciembre 1964 cuando la publicación puesta en marcha por las mujeres de este movimiento de la Acción Católica Española (ACE), con el nombre de “Militantes. Centro Rurales”, adopta la cabecera actual, “Militantes”.
Desde que se dieron los primeros esfuerzos por fomentar el laicado organizado en los pueblos de España, con el nacimiento del Secretariado de Apostolado Rural de los Hombres de ACE en 1952 y el Secretariado Rural de las Mujeres de ACE (1957), hasta su transformación en un movimiento especializado dentro de la Acción Católica (1960 y 1964), habían surgido diferentes revistas: “Boletín de Llamada”, en la diócesis de Vich; “Vida Rural” en 1953, de la mano de los hombres, y la ya citada “Militantes”, con el subtítulo de “Apostolado Rural”, de la mano de las mujeres.
El Movimiento Rural Cristiano, una de las organizaciones que pertenecen actualmente a la Federación de Movimientos de Acción Católica, ha querido celebrar este aniversario con un número especial que puede consultarse online.

martes, 8 de abril de 2014

Retiro Diocesano de Cuaresma


COMISIÓN DIOCESANA DE LA HOAC,
Responsabilidad de Consiliaria y Animación de la fe.

RETIRO CUARESMA 2014.
Abril, 5, Sábado, 2014.

1. - Ambientación.
2. - Reflexión sobre:
ALGUNAS ACTITUDES A CUIDAR EN NUESTRO PROYECTO EVANGELIZADOS PARA SER FIELES EN LA EVANGELIZACIÓN AL MUNDO OBRERO Y TRABAJADOR. 
El acompañamiento: un proceso educativo y evangelizador.

INTRODUCCIÓN.

El libro de los Hechos de los Apóstoles 8, 26-40 y la Exhortación Apostólica “Evangelii gaudium” del Papa, Francisco, van a ser el hilo conductor para descubrir algunas actitudes a cuidar en la acción misionera.
La fidelidad a la Palabra de Dios y al Magisterio de la Iglesia clarifican los pasos que debemos seguir dando como “discípulos misioneros”.

I.- UN ESTILO DE ESTAR Y DE HACER (Act 8, 26-40).
      A.- Claves de lectura:
                Felipe. Cada uno de nosotros. Llamados a evangelizar.
                Eunuco. Los hombres y mujeres a los que hemos de evangelizar.
                Camino. La realidad concreta de parroquia, ambientes, 

1º- La misión no es nuestra. Es un don de Dios.
“La evangelización obedece al mandato misionero de Jesús: Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos...” (EG 19).
“El Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (1Jn 4,10).
* “El ángel del Señor habló así a Felipe".
- Un mensajero del Señor
- La misión parte del Señor. No es nuestra.
- Todos hemos sido llamados a anunciar la Buena Noticia.

2°.- La misión es “salir al encuentro, ponerse en camino.
“La alegría del evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera... Pero siempre con la dinámica del éxodo y del don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá” (EG21).
 
.. ella -la comunidad evangelizadora- sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos”” (EG 24).
“Anda, ponte en camino”
- Ponte en camino. Deja tus bloqueos, tus límites, tus ideas.
- Aunque hayas estado la noche bregando: “Echa la red... ”
- Ponte en camino hacia otra realidad. Mira al futuro. Ensancha tu mirada.
- Descubre otras áreas, otros aspectos a asegurar.
- Ábrete a otros caminos.

3°.- La misión implica la opción por los pobres.
“Como consecuencia la Iglesia sabe “involucrarse”. El Señor se involucra e involucra a los suyos poniéndose de rodillas ante los demás para lavar los pies. Los evangelizadores tienen así “olor a oveja” y éstas escuchan su voz” (EG 24).
“Hacia el Sur”.
- El sur es el lugar de la pobreza y de los pobres, e la pequeñez, la marginación y la exclusión social, de los alejados..
- No te quedes tranquilo viendo la respuesta de los que ya estamos dentro. Hay otros, muchos más, que siguen fuera, que no se sienten llamados, que son alejados.
- Te has preguntado alguna vez ¿alejados, quién de quién?
- No ha sido la Iglesia, tu y yo, los que nos hemos alejado de los otros? ¿no hemos dado rodeos en la vida de tantos caídos, maltratados, enfermos, marginados...?
- La evangelización, la Buena Noticia son para ellos.

4a.- La misión implica dejar los centros de poder y adentrarse en tierra de paganos.
“la comunidad evangelizadora se mete en obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario y asume la vida humana tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo” (EG 24).

“Por la carretera que baja de Jerusalén a Gaza”.
- Nos recuerda otros textos:
- “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en mano de unos bandidos. ”
- “Dos discípulos iban de camino aquel mismo día de Jerusalén a Emaús..”.
 
+ Jerusalén es la ciudad donde están los centros del poder religioso, cultural, político, económico... En su maravilloso templo se celebra el culto, se cambian las monedas, se ofrecen los sacrificios a Dios...
+ A Gaza. Lugar de los paganos, de los que no tienen voz, de los alejados y marginados de la ciudad.
+ La tarea de la evangelización se da también ahí, fuera del templo...
+ Que baja. Hay que “bajar”. Es en el camino de “bajada”, no en el de subida, donde somos convocados por el Espíritu.
+ La dinámica de Dios tiene dos momentos claramente diferenciados: primero, baja, “desciende a los infiernos”, “dejada su categoría de Dios”... Y después, desde lo más bajo, sube, se eleva” (Flp 2,6).

5º.- La misión nos lleva a pasar por el desierto.

”La que cruza el desierto”.
- Al desierto somos convocados por el Espíritu, por la Iglesia, para realizar la misión.
- El desierto es el lugar donde no hay aparentemente nada, donde falta la vida, donde nos encontramos solos, acompañados por el viento o por los animales.

6º.- La misión implica paciencia, espera...
“Acompaña a la humanidad en todos sus procesos, por más duros y prolongados que sean. Sabe de esperas largas y de aguante apostólico.
La evangelización tiene mucho de paciencia y evita maltratar límites” (EG 24).

“En esto apareció un eunuco etíope que había ido en
peregrinación a Jerusalén”.
- Hay que saber esperar, emplear tiempo, tener paciencia.
- Hay que ir sin prisas pero sin pausas.
- En los planes de Dios no existe la prisa, aunque sí la urgencia.
- “La Iglesia es plenamente consciente de la urgencia pastoral” (TMI44).
- Un Eunuco. Una persona infértil, sin poder dar vida, estéril.
- Son tantos y tantos que están en nuestras comunidades parroquiales de los que pensamos que nada se puede hacer, que es imposible contar para nada con ellos.
- Que había ido en peregrinación. ¡A cuántas peregrinaciones va nuestra gente! ¡Cuántos movimientos de gente de un sitio para otro, buscando el milagro! ¡Cuántas insatisfacción y por eso buscan”!
 
7°.- La misión nos ayuda a descubrir cuánta gente está de vuelta...

“E iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo al profeta Isaías”
- Llamados a los que “están de vuelta” de la vida, de la Iglesia, de todo, sobre todo los jóvenes y los matrimonios.
- A los que están sentados en su carrozas. ¡Cuántos tipos de carroza hay!
- Nos resulta más cómodo dejarnos llevar y mantener lo que tenemos que no crear nuevas estructuras, ser creativos, abrir caminos nuevos..
- La gente, hoy, no quiere compromisos, no quiere crecer ni madurar en humanización, no quiere complicaciones.
- Pero esos, incluso, leen al profeta, escuchan la palabra...
- ¡Cuántas sorpresas nos llevamos en la vida!
- Cada persona lleva en su interior su ■”sémina verbi”.

8º.- La misión exige escuchar al Espíritu que nos habla e indica el qué hacer y cómo...
“La comunidad evangelizadora se dispone a “acompañar”. Acompaña a la humanidad en todos sus procesos, por más duros que sean..” (EG 24).

“El Espíritu dijo a Felipe: Acércate y pégate a esa carroza”
- Es el Espíritu el que nos convoca y el que nos indica el qué hacer y cómo.
- El anima nuestro encuentro.
- “Todo esto se realiza por obra del Espíritu Santo. La Iglesia no puede prepararse a ello de otro modo, si no es por el Espíritu Santo. Lo que en la “plenitud de los tiempos” se realizó por obra del Espíritu Santo, solamente por obra suya puede ahora surgir de la memoria de la Iglesia” (TM118).
- Acércate a la gente, ponte a su lado, pégate a su realidad, súbete a su carroza...
- No esperes que vengan a ti, al despacho parroquial o a cáritas.
- Sal tú a su encuentro, conecta con sus vidas..

9°.- La misión implica partir de la vida del otro, de sus inquietudes y deseos, de sus limitaciones y dialogar sobre ello.

“Se acercó corriendo, lo oyó leer al Profeta Isaías y le dijo: ¿¿entiendes lo que estás leyendo? ¿Cómo voy a entenderlo si nadie me lo explica?
- Al acercarnos hacerlo con alegría, con dinamismo, con ilusión.
- Hay que “correr”, porque si no otros “vuelan”.
- Acercarnos para escuchar sus necesidades y expectativas.
- Evangelizar no es dar respuesta a los problemas de los demás sin que el otro se implique.
- No es trasmitir contenidos doctrinales o echar un sermón.
- Hay que partir de la realidad -de lo que el otro va leyendo en su vida- Y desde ahí trasmitir la experiencia de Jesucristo.
- Consiste en preguntar, abrir diálogo, dejar que el otro se exprese.
- Ayudarles a que vayan descubriendo la realidad.
- Acompañarles como guías.
- Explicar, aclarar, sí. Imponer no y ¡nunca!
-
 
10°.- La misión es anuncio de la Buena Noticia.
“Fiel al don del Señor, también sabe “fructificar. La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los frutos, porque el Señor la quiere fecunda. Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña.. Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados” (EG 24).

“E invitó a Felipe a subir y sentarse con él... Felipe tomó la palabra y, a partir de aquel pasaje, le dio la Buena Notica de Jesús”.
- Hay que aceptar los ritmos y los pasos que el otro nos marca.
- Cuando o hacemos así, tenemos la experiencia de que somos invitados a entraren sus vidas, a clarificar y a explicar..
- Sin embargo, cuando obligamos o imponemos -y hay muchas maneras de hacerlo-, es que no confiamos en las personas y, sobre todo, en la actuación del Espíritu en el otro.
- El discípulo misionero es un educador que “anuncia desde lo que el otro lee, hace o le interesa..., desde sus problemas o alegrías.
- No se trata de que echemos un sermón a nadie, o hablemos de lo que nosotros creemos que es importante...

11°.- La misión lleva a la celebración y al sacramento.
“La comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe “festejar”. Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización. La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de extender el bien. La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la liturgia, la cual es también celebración de la actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo” (EG 24). “La Iglesia no evangeliza si no se deja evangelizar continuamente” (EG 174).

“En el viaje llegaron a un sitio donde había agua.. Mandó parar la carroza y bajaron los dos al agua”.
- Como la misión la realizamos “en el desierto”, hay que estar muy atentos para descubrir esos sitios “donde hay agua”.
- Hay que saber aprovechar cualquier oportunidad que el otro nos brinde.
- ¿Conocemos esos lugares? Programamos y planificamos para que aparezcan esos lugares? ¿Sabemos descubrir las áreas, los aspectos que ayudan al otro a crecer, a seguir adelante?
- “Mandó parar”. Momento importante en el proceso. Hay que parar nuestra marcha.
- Necesitamos contemplar, orar, celebrar la vida... Hay que pararse. No hay que caer en el activismo irreflexivo.
“Bajaron los dos”. La evangelización es mutua, es compartida.
Aunque cada uno tiene su papel importante.
 
12°.- La misión y su proceso implica saber dejar al otro para que siga su camino por él mismo.

“Cuando salieron del agua, el Espíritu arrebató a Felipe.. El eunuco no volvió a verlo y siguió su camino lleno de alegría”.
- Esta es una de las partes más difíciles en el proceso misionero y
evangelizador.
- Hay que saber dejar a tiempo al otro, para que camine sin muletas para andar. Él puede y sabe. Hay que confiar en la persona y en la actuación del Espíritu en ella.
- Quizá sea, por eso, por lo que el Señor nos envía al Espíritu para que “nos arrebate”.
- Para saber si la misión ha sido evangélica, hay dos señales:
1a.- Si el otro sigue su camino:
- No quedándose en el “agua” -sacramentalismo-,
- No quedándose parado en la carretera: pasivo, quiero, sin participar en nada.
- No desviándose de su camino. Fidelidad a la misión recibida,
- O, lo que es más frecuente, "esperando a otro Felipe”.
2a.- Si sigue su camino lleno de alegría. Aquí ya hay otro
nuevo testigo, que sabrá acercarse a otros, acompañar...

13°.- La misión no se acaba nunca..

“Felipe fue a parar a Azoto y fue dando la Buena Noticia”
- Para el evangelizador empieza otro nuevo camino.
- Comenzar de nuevo, con la conciencia de que el Espíritu está con nosotros y nos sigue enviando a evangelizar a otros, en otros lugares..