Nuestra Iglesia " Diócesis de Pasencia"

Nuestra Iglesia " Diócesis de Pasencia"
Cliclear en la imagen para ir a la pagina de la Diócesis de Plasencia.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES GENERALES


IV EN CUENTRO DIOCESANO DE CRISTIANOS COMPROMETIDOS EN LA VIDA PÚBLICA.

COMUNICADO

Convocados por la Delegación de Apostolado Seglar, se han reunido, en Trujillo, cristianos presentes en los distintos partidos políticos –alcaldes, concejales y militantes-, representantes de los sindicatos, asociaciones de vecinos, plataforma de parados y sacerdotes que los acompañan en los movimientos de Acción Católica: Rural Cristiano y de la HOAC, para celebrar el IV Encuentro diocesano de cristianos en la vida pública. Han compartido la reflexión sobre: “ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES GENERALES: LA COMUNIDAD POLÍTICA AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD CIVIL. PARTICIPACIÓN Y DEMOCRACIA” y partiendo de la misma desean manifestar que::

1.- Las elecciones siempre son un momento importante en el desarrollo de la vida democrática, pero éstas del 20-N, especialmente importantes, dada la situación en la que se encuentra nuestra sociedad por el sufrimiento que la crisis económica y las políticas que se están llevando a cabo están provocando en tantas familias trabajadoras, que en nuestra Región de Extremadura -la última de todas por la realidad de pobreza-, se manifiesta en el paro, la precariedad laboral, la falta de industrialización, de inseguridad económica, de necesidades de alimentación, vestido y vivienda cada día en más personas y familias.

2.- Hay que decir con toda claridad que las medidas tomadas contra la crisis por los gobiernos de España y autonómicos, no sólo no la corrigen, sino que la siguen agravando. Por eso, para valorar las distintas propuestas políticas y decidir el voto, hay que preguntarse por las medidas que unos y otros se proponen para dar prioridad a:

+ Las necesidades sociales de las personas y las familias.
+ Erradicar la pobreza y potenciar las políticas de la inversión pública y social dirigida a los más empobrecidos.
+ Fortalecer el tejido productivo y promover un tejido empresarial, digno de tal nombre.
+ Revertir los recortes en los servicios públicos de la educación, sanidad, vivienda y protección social.
+ Revertir la reforma del sistema público de pensiones, avanzando en la garantía de pensiones dignas y justas.
+ Promover en la práctica los derechos familiares de las personas y los sociales de las familias.
+ Revertir las decisiones tomadas de que las rentas más altas, los beneficios de las grandes empresas y el capital financiero paguen menos impuestos. Hay que realizar una reforma fiscal encaminada a una mayor y más justa distribución de la riqueza social.

3.- Como cristianos, presentes en la vida pública y comprometidos en los partidos políticos, pensamos que:

+ Todos los ciudadanos tienen “el derecho y al mismo tiempo el deber de votar con libertad para promover el bien común” (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes 75).
+ Estas elecciones deben servir más que nunca, para expresar con nuestro voto la necesidad de cambiar, porque está en juego la dignidad de la persona y especialmente de los empobrecidos, el respeto y la promoción de los derechos sociales de las personas y de las familias y, la misma democracia. Como dice el Papa Benedicto XVI: “el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad” (CV 25).
+ La comunidad política –el gobierno que salga de las urnas- tiene que estar al servicio de la sociedad y “asegurar el bien común de todos los hombres y de todo el hombre, con especial cuidado de los ciudadanos más débiles, que puedan hallarse en condiciones de inferioridad, para defender sus propios derechos y asegurar sus legítimos intereses” (Juan XXIII, Pacem in terris, 60).
+ “La Iglesia aprecia el sistema de la democracia en la medida en que se asegura la participación los ciudadanos.. Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana... Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como lo demuestra la historia ( Juan Pablo II, Centessimus annus, 46).
Trujillo, 29, Octubre, 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario